Los plásticos son frecuentemente criticados por todo, desde su toxicidad hasta su contribución a la contaminación del océano, pero juegan un papel importante en la mejora de la eficiencia del uso y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Según el reciente estudio de la compañía McKinsey, los plásticos tienen una contribución total de gases de efecto invernadero (GEI) más baja que las alternativas en la mayoría de las aplicaciones. McKinsey & Company es una firma de consultoría de gestión global, con una trayectoria conocida por su gran reputación, experiencia y por numerosos estudios que han contribuido de manera significativa al mundo.

Este documento examina la contribución total de GEI de los plásticos frente a sus alternativas, incluido el ciclo de vida del producto (de la cuna a la tumba) y el impacto del uso. El objetivo de este estudio es contribuir al diálogo sobre la elección de materiales y ampliar la base de datos disponibles para el debate en evolución sobre los plásticos.

Reflexiona que, a menudo se pasa por alto su papel en la mejora de la eficiencia del uso, como la disminución del deterioro de los alimentos y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Más bien, los plásticos son frecuentemente difamados con respecto a temas como la fuga al medio ambiente, la toxicidad, el uso de recursos, las emisiones de producción y la contaminación del océano. Aunque es necesario abordar estas importantes consideraciones, argumenta que existe una oportunidad para una perspectiva más equilibrada y basada en la ciencia sobre los plásticos frente a los materiales alternativos.

En la investigación han analizado detenidamente ejemplos de cinco sectores con el mayor consumo de plásticos (embalaje, edificación y construcción, automotriz, textiles y bienes de consumo duraderos), que representan alrededor del 90 % del volumen mundial de plásticos. También seleccionan aplicaciones representativas para las cuales existen hoy en día opciones viables a escala entre plásticos y alternativas, evitando nichos o soluciones nuevas.

Entre las aplicaciones para las que se utilizan alternativas no plásticas a escala, los plásticos examinados en este documento ofrecen una contribución total de GEI más baja en comparación con las alternativas en 13 de 14 casos. Los ahorros de GEI van del 10 al 90 por ciento, considerando tanto el ciclo de vida del producto como el impacto del uso. Además, en muchas aplicaciones, en particular las concentradas en el envasado de alimentos, hoy en día existen pocas alternativas a los plásticos. De hecho, la adopción de plásticos a corto plazo puede ayudar a los esfuerzos de descarbonización en estas áreas, particularmente en términos de deterioro de los alimentos y eficiencia energética, dada su menor huella de GEI.

En una economía baja en carbono y de alta circularidad, las ventajas de los plásticos en relación con materiales como el aluminio disminuyen. Es posible que Europa ya haya logrado una economía tan baja en carbono y de alta circularidad y, según un informe reciente de McKinsey, La transición neta cero: lo que costaría, lo que podría traer, toda la economía global puede cambiar en esta dirección a medida que las industrias hagan la transición hacia un mundo descarbonizado para 2050.

Finalmente, destacan una vez más, que los beneficios de los plásticos no disminuyen la necesidad de la industria de continuar mejorando el desempeño ambiental, incluido el cumplimiento de los objetivos netos cero, logrando mejoras significativas en el reciclaje y eliminando las fugas al medio ambiente.

Para ver el artículo completo puedes acceder a través de este enlaces: https://www.mckinsey.com/industries/chemicals/our-insights/climate-impact-of-plastics

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Tabla comparativa del estudio: